Reconcíliate con tu tipo de creatividad

Hay bastantes discusiones en nombre de la creatividad. Como un asunto relacionado de forma instantánea con la inspiración y el arte, le rodean mitos, rumores, prejuicios y hasta rituales. En perspectiva, la creatividad parecería una primera necesidad para aquellos artistas que se creen hechos a manos, o para genios incomprendidos que operan bajo sus propias reglas. A veces su ausencia incluso podría lucir como una excusa perfecta para faltar al deber, puesto que se quehacer tiende a relacionarse con la inspiración, lo emocional y puede que también con lo infantil o lo poco serio.

Pero, sinceramente, ¿Crees que hay más creatividad en una persona que vive persiguiéndola o quien le da forma mediante el conocimiento? Sobre todo porque, al igual que con otras destrezas, todos nacimos con un catálogo diferente de talentos, formas de razonamiento y, sobre todo, de habilidades; pese a que estas últimas posean una carga extra para la voluntad humana. Es decir, podemos desarrollar o descuidar nuestras capacidades, de acuerdo a las necesidades y deseos que persigamos. Y, como tal, la creatividad es una herramienta con propiedades elásticas, puede contribuir  en cualquier escenario y bajo cualquier condición. ¿Entonces por qué elegimos desaprovecharla? 

La creatividad ayuda a encontrar soluciones distintas, incluso para una sola problemática, o para plantear nuevos enfoques a nuestros proyectos. Puede que la creatividad sea el principal elemento para brindar los cambios que necesite nuestra vida para no tornarse repetitiva y cansina, con las mismas soluciones para los mismos problemas y situaciones que no provocan nuestro asombro de ninguna manera. Resulta imprescindible para cualquier profesión, estudio o relación con el entorno.

A través de esta habilidad puedes alimentar a tu inteligencia, la cual puede reflejarse cuando encuentras patrones y atajos a datos que recibes todos los días. La creatividad sería el procedimiento que ocupas para llegar ahí, un medio más. Entonces deberías considerar reconciliarte con ella y darle su merecida importancia en tu vida. Piensa en alinearla con tu tipo de inteligencia para atraer diversos resultados a favor de tu cotidianeidad, o si acaso deseas estar en otro lado en un futuro, más vale hacer uso de todo lo que esté en tu poder, ¿cierto?

No obstante, así como hay toda una variedad de inteligencias (lógico-matemática, lingüística, espacial, musical, kinestésico-corporal, intrapersonal, interpersonal y naturalista), también existe una variedad de creatividades, predominantes en concordancia a nuestra personalidad. De este modo, tenemos cinco tipos: narrativa, analógica, bisociativa, mimética e intuitiva.

Comencemos con el tipo que poseen la mayor parte de las personas: la creatividad mimética. Este tipo se aprovecha ideas de otras áreas para crear un trabajo propio, con su toque personal; algo que en realidad podemos hacer todos en mayor o menor medida. Ahora bien, contrario a como pudiera pensarse, la creatividad narrativa no sólo resulta útil para escritores y publicistas. En realidad es más común de lo que creemos, por lo menos desde que nuestro trabajo y los medios propician y a veces obligan a tener un buen discurso de esta índole. Por medio de ella conectamos a nivel personal con nuestro entorno y aprendemos a adaptar nuestro lenguaje con base en nuestro público. 

Por su parte, la de tipo analógica se dedica a realizar conexiones entre las ideas generales en busca de un nuevo propósito. Mercadólogos y publicistas se dirigen por completo al público, ya sea por medio de la nostalgia o la forma de su campaña para transmitir un diseño original. En cuanto a la bisociativa, se dedica a asociar conceptos para producir algo nuevo, mejorar o volver más eficaz una estrategia. Los ejecutivos y líderes necesitan analizar su información desde esta perspectiva para encontrar beneficios para sus proyectos. 

Por último, la intuitiva puede resultar la más natural pero también la más apreciada en un área de trabajo, puesto que es aquella sensación de corazonada, un elemento del subconsciente listo para pensar fuera de lo ordinario. Debe saberse que cada tipo de creatividad puede aprenderse o a desarrollarse, si son innatas o se relacionan con nuestro pensamiento. De hecho, todos podemos crear, lo importante es comprender qué dominamos mejor para construir ese camino y así mejorar en el área de tu interés.

Es necesario recordar que una vez que nos familiaricemos de nuevo con esta habilidad, no necesitamos cargar todo a la creatividad, porque ahora estaríamos incurriendo en el mismo apoyo de aquellos que sólo se deben a esta herramienta para hacer todas sus actividades. En realidad se requiere de una mezcla de talento y esfuerzo para tener a la creatividad en constante movimiento. Aunque es muy útil, debes utilizarla como lo que es: un recurso más de tu pensamiento. No pretendas que todo salga de ella, sino que aprende a darle su respectivo lugar en tu repertorio de destrezas y saca a relucir la que se ajuste más contigo, en lugar de considerarla un elemento lejano a tu situación habitual. 

Formación Empresarial

Reconcíliate con tu tipo de creatividad

Hay bastantes discusiones en nombre de la creatividad. Como un asunto relacionado de forma instantánea con la inspiración y el arte, le rodean

Formación Empresarial

De los errores se (des)aprenden

El fracaso no es fatal, todo lo contrario, es absolutamente maravilloso. ¿Qué tan cierta es esta frase en el ámbito de los negocios?